Ilustración de un agujero negro girando y arremolinando su entorno a su alrededor.(Crédito de la imagen: Robert Lea (creado con Canva))Los agujeros negros ejercen una tremenda influencia en su entorno: cuando giran, arrastran literalmente el tejido del espacio y el tiempo a su alrededor. Esto significa que nada puede permanecer quieto alrededor de un agujero negro en rotación, incluidas las «placas» de las que se alimentan estos titanes cósmicos.
Las nubes aplanadas de gas y polvo que rodean a los agujeros negros supermasivos se denominan discos de acreción. Alrededor de algunos agujeros negros supermasivos, la agitación de estos discos es una de las formas más eficientes de convertir la energía en el universo conocido – cambiando la energía gravitacional y cinética en energía electromagnética brillante, que conocemos mejor como simplemente «luz.»
Los astrónomos saben que los discos de acreción más tenues «se tambalean» como peonzas que giran lentamente alrededor de algunos agujeros negros. Pero lo que no está claro es si los discos de acreción increíblemente brillantes, o «ultraluminosos», también se bambolean o «procesan» al girar. Eso es lo que se propusieron descubrir investigadores de la Universidad de Tsukuba.
«La energía gravitatoria de la materia en acreción se libera y, a continuación, una parte de la energía liberada se convierte en energía térmica, magnética y de radiación. Como resultado, se cree que aparecen fuertes radiaciones y chorros», escriben los autores en un artículo publicado en Astrophysical Journal.
Imagen artística de las partes internas del disco de acreción alrededor del agujero negro V404 Cygni. (Crédito de la imagen: ICRAR)
Los agujeros negros giratorios tienen parejas de baile tambaleantes
Se cree que en el corazón de todas las grandes galaxias hay agujeros negros supermasivos con masas millones o incluso miles de millones de veces superiores a la del Sol, pero no todos están rodeados de discos de acreción.
Cuando hay discos de acreción, la inmensa gravedad del agujero negro central genera una enorme fricción en las nubes aplanadas, calentando el gas y el polvo y transformando la materia en plasma. Esto hace que los discos de acreción brillen intensamente en regiones que los científicos denominan núcleos galácticos activos (AGN).
Además, dado que los agujeros negros son «devoradores de desorden», parte del material de los discos de acreción es canalizado hacia los polos del agujero negro por potentes campos magnéticos, de donde sale despedido en forma de chorros gemelos de plasma de alta energía. Estos chorros, que viajan a velocidades cercanas a la de la luz, van acompañados de potentes emisiones electromagnéticas.
Las emisiones de estas fuentes alimentadas por agujeros negros supermasivos se ven como «cuásares» aquí en la Tierra. Algunas emisiones de discos de acreción y chorros de plasma de los AGN pueden ser tan brillantes que eclipsan la luz combinada de todas las estrellas de su galaxia.